En un 2 de abril de 1982, muchísimos soldados de todos los rincones de nuestro  país se prepararon con la poca ropa y experiencia que tenían para ir a recuperar, defender y luchar por las Islas Malvinas.

Lo hicieron sin dudar, aunque no tuvieran el tiempo suficiente, para despedirse de sus familiares, sus amigos, sus esposas o novias, ni tampoco detenerse a pensar en el feroz enemigo británico.

Corrían los años "80 cuando muchos de ellos habían terminado la escuela secundaria. Ellos no conocían de armas, pero si sentían un profundo amor por su tierra y por los colores de mar y cielo que flameaba en su bandera.

El frío y el hambre caló en sus huesos y no tuvieron más opciones y recursos que defender su Patria. Estuvieron muchos días y tantas noches a merced de balas, cañones, ruidos de aviones, fuego de barcos hundidos y los estruendo de las municiones, pero todas esas sensaciones quedaron grabadas a fuego en sus memorias.

Cierran sus ojos y pueden ver con nitidez las imágenes de amigos ensangrentados, caídos y mutilados. Imágenes, olores y momentos que también se repiten en cada sueño y en cada vigilia por estos largos 38 años.

Se vive la guerra en el interior del Alma, año tras año, sin poder cerrar la herida que deja la muerte. Sin dejar de sentir la falta del amigo que no está a su lado.

Los veteranos recuerdan a sus caídos, les brindan con honores sus más puros sentimientos. Ellos actuaron con valor, con honor, con dignidad a pesar de las situaciones tan difíciles y horrorosas que tuvieron que presenciar y aguantar.

Ellos, muchos de ellos, luego de regresar a convivir con nosotros no podía hablar, no podía expresarle a sus seres queridos el horror de una guerra que les mutiló los corazones y en algunos casos la esperanza.

Pero siguen batallando, son incansables leones que rugen por su dignidad, por pensiones, asistencia y reconocimiento. Ese reconocimiento que llegó lento por parte de la sociedad, pero que todavía falta hacerles sentir esa calidez del pueblo en sus corazones.

Hoy se cumplen 38 años que esos chicos fueron a las Islas o que estuvieron en servicio en el Continente pensando en su Patria. Hoy nuestros combatientes recuerdan y reviven todo como si el tiempo se detuviera en 1982, pero hoy les decimos:¡Gracias queridos HÉROES por ofrendar sus vidas por nosotros!