Este 8M no es un festejo, es un día de conmemoración y lucha por todos los derechos que nos faltan como mujeres y disidencias. La brecha salarial entre los géneros, en la que nosotras nos insertamos en los trabajos de mayor precariedad y menores salarios, sumado a la carga de trabajos de cuidado, que recae sobre nuestras espaldas, mayormente en el ámbito privado del hogar y en soledad, se convierten en vectores de desigualdad, impidiendo nuestro desarrollo pleno individual, pero también de toda la sociedad.

Con dificultades para salir a trabajar, pero también para sostenernos mientras cuidamos, difícilmente podamos salir a luchar para hacer sentir nuestra voz. Para nosotras el silencio y el ámbito privado como forma de disciplinamiento. Limitando nuestro acceso a espacios de protagonismo y visibilidad, las mujeres y disidencias seguimos quedándonos en casa para cuidar de otros, sin un salario que nos sostenga, pero también solemos insertarnos laboralmente en sectores que son una extensión del trabajo de cuidados. La pandemia dejó en evidencia la importancia del cuidado de la Salud física pero también de la Salud Mental, que tuvo grandes repercusiones en quienes sostienen tareas de cuidado en sectores estatales en el Sistema de Salud y Educación.

Tanto en el ámbito estatal como escuelas, jardines maternales e infantiles, espacios de cuidado de las infancias, hospitales y Centros de Salud Barriales que se vieron colapsados o en espacios comunitarios sostenidos por las organizaciones sociales para el cuidado de las infancias, la Salud Comunitaria y las actividades de prevención y promoción de la Salud, esta labor se realiza en condiciones de gran precariedad, tanto para quienes cuidan como también para quienes asisten a los mismos. Pudiendo encontrar una salida en la colaboración con otres, en el trabajo articulado entre Estado y Sociedad.

La necesidad de construir redes de cuidado se hace cada vez más evidente y necesaria, tanto entre las diferentes instituciones como también junto a las organizaciones políticas y sociales. Sostener esas redes de manera amorosa y empática es tarea de todos y todas. Por eso desde La Mesa Intersectorial reforzamos nuestro compromiso en la lucha por la eliminación de todas las formas de violencia, asumiendo la tarea de llevar adelante todas las transformaciones necesarias para lograr una vida plena y con igualdad de oportunidades y garantía de derechos para todas las personas. La implicancia de las políticas sociales en esta tarea, resulta central a la hora de pensar acciones reparatorias y preventivas con respecto a la violencia, el intercambio y formación para subir los pisos de discusión son fundamentales para avanzar en la construcción de la Justicia y equidad social.

En este sentido, convocamos a todas las instituciones y organizaciones sociales que lo consideren necesario, sumarse a la Mesa Intersectorial de Prevención y Abordaje de la Violencia Familiar y por razones de Género en la ciudad de Tandil, a través de nuestro e-mail: mesacontralaviolenciatandil@gmail.com