La Dra. Silvia Monserrat es la titular del Juzgado de Familia N° 1 de nuestra ciudad que abrió sus puertas el 26 de marzo de 2009. Este organismo integró, junto con otros 11 del interior de la Provincia, los primeros juzgados unipersonales con doble instancia del Fuero de Familia que, si bien venían de larga data con una gran trayectoria, no era especializado en toda la Provincia, sino solo en algunas localidades.

Hasta entonces, en Tandil como en el resto del territorio de la jurisdicción departamental, las cuestiones derivadas del Derecho de Familia eran competencia de los juzgados civiles y comerciales. La creación de los juzgados unipersonales transformó 2 paradigmas: el primero, que las cuestiones de Familia iban a ser tratadas en un órgano jurisdiccional con equipo interdisciplinario; el segundo, la doble instancia: las resoluciones de los jueces de primera instancia por vía de apelación serían ratificadas, rectificadas o modificadas por la Cámara de Apelaciones de la Departamental.

"Fuimos los primeros jueces abrigadores porque en simultáneo a la creación de los Juzgados de Familia, los Tribunales de Menores se reconvirtieron en el Fuero de Responsabilidad Juvenil, por lo que el Fuero de Familia asumió también la protección de la niñez vulnerada y las situaciones de violencia doméstica", resume la magistrada.

¿Cómo ha sido el trabajo a lo largo de estos años?

Todos los días nos enfrentamos con desafíos vinculados a cómo proteger y resolver los conflictos que se presentan en el seno más íntimo de la sociedad: la familia. Hay días que nos sentimos en una altísima rueda gigante por el vértigo de las resoluciones que debemos tomar; otros nos alegramos hasta las lágrimas cuando un niño, una niña o un adolescente encuentran una familia o aquellos que, habiendo encontrado una familia que los contenga, nos vienen a visitar y vemos con nuestros propios ojos el cambio que el afecto, el cuidado y la dedicación familiar han generado en ellos o ellas.

Ser la titular del Juzgado de Familia N° 1 a lo largo de estos 15 años ha sido desafiante: el aumento de las causas ha crecido tanto que hacia septiembre de 2018 condujo a la creación del segundo Juzgado de Familia en Tandil. No me corresponde juzgar mi actuación pero sí decir que los jueces de familia somos la cabeza de un equipo interdisciplinario con una enorme vocación de servicio, con la convicción de que nuestra misión es proteger a los más vulnerables y cada día ponemos nuestro mejor esfuerzo para lograrlo, aunque a veces ese esfuerzo y nuestras decisiones no cubran las expectativas de los vulnerados.

Estoy agradecida de haber llegado al lugar que ocupo y a todos los que me acompañan porque sin un equipo alineado, responsable y dedicado sería imposible enfrentar los desafíos que tenemos diariamente.

Por eso el equipo del Juzgado de Familia N° 1 ha festejado este nuevo aniversario con mucha alegría.