¿Qué es la depresión? ¿A qué síntomas hay que estar atentos y qué hacer cuando se los detecta? La Lic. Eliana Menna, psicóloga de la Guardia de Salud Mental del Hospital Municipal Ramón Santamarina y de los consultorios externos del SISP, explicó algunos de los principales aspectos a tener en cuenta para actuar a tiempo.

"El 13 de enero es una fecha que aprovechamos para sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la detección temprana de la depresión, dando a conocer sus características más importantes, con el fin prevenir este trastorno que atraviesa a muchas más personas de las que podemos imaginar", destacó.

No siempre las personas deprimidas remiten a la imagen estereotipada de algunos relatos del cine o la literatura; tampoco existe un solo tipo de depresión sino que puede advertirse en varios estadíos; inclusive, a veces, parece transcurrir puertas adentro del universo psíquico y emocional de alguien, sin que se perciba alguna anomalía. En algunos casos quien padece depresión no quiere levantarse de la cama, pero en otros se trata de personas funcionales que siguen, en apariencia, con su ritmo de vida habitual. "A veces se revela como tristeza, cansancio, fatiga o irritabilidad en personas que nunca dejan de cumplir con sus obligaciones ni cortan con sus vínculos, aunque atraviesen un cuadro depresivo en su interior", destacó Menna.

La depresión puede esconderse detrás de muchos rostros y ésa es una de las razones por las cuales puede pasar inadvertida y aparecen cuadros depresivos en momentos donde, socialmente, se ha establecido que las personas deben ser felices, como un embarazo o un puerperio, por ejemplo. En algunos casos, puede permanecer oculta y avanzar hacia formas más severas, de allí la importancia de prestar atención a algunos cambios que revelan algunos comportamientos.

También suele creerse que la depresión está vinculada a una cuestión de voluntad, de que el otro no sale adelante porque no tiene ganas, que el problema no es tan grave o que no tiene motivos para estar deprimido. Esa falsa creencia tiene consecuencias severas en quien la padece: piensa que quizá está exagerando, que está haciendo algo mal o molestando, que no es importante lo que le pasa y que, en definitiva, se va a terminar volviendo una carga para los demás. "Los trastornos depresivos no son todos iguales, tienen una manifestación distinta de acuerdo con la persona y el entorno, por eso es importante sensibilizar y tomar conciencia, poder hablar de ellos para saber a qué estar más atentos, conocer mejor a quien tenemos al lado o con nosotros mismos. A veces estamos esperando que suceda "lo clásico" en una persona depresiva y quizá ya convivimos con algunos síntomas que hemos ido naturalizando, creemos que son parte de la vida cotidiana pero, diagnosticados correctamente, pueden tener un tratamiento psicofarmacológico o con terapia psicológica", subrayó la psicóloga.

Señales de alarma

¿Cuáles son las señales para tener en cuenta?

Muchas: el cambio en el apetito (aumentado o disminuido) con su consiguiente disminución o aumento de peso; fatiga o pérdida de energía, irritabilidad, ansiedad, cambios de humor, trastornos en el sueño (se puede dormir mucho más de lo habitual o tener insomnio), dificultad para tomar decisiones, pérdida del placer e interés en actividades que antes lo generaban, sentimientos de desesperanza, de tristeza, angustia, tendencias al llanto, dificultad para concentrarse, baja autoestima, tendencia a aislarse; puede aparecer el consumo de sustancias como un modo de atravesar esa tristeza, sentimientos de inutilidad o de sentirse una molestia para el otro. La depresión también puede manifestarse a través de dolores físicos por el cuerpo cansado y fatigado o por algún dolor crónico. En cuadros más avanzados, suelen aparecer los pensamientos de muerte y el suicidio como la única salida a todo el padecimiento que se está viviendo.

Es importante aclarar que la evolución del cuadro puede ser lenta. Un día se empieza a dormir mal, otro se sienten más cansados que lo habitual o no tiene tantas ganas de hacer lo que antes le gustaba; ya no ven a los amigos, etc. . Es progresivo, no es un cuadro que se declare de un momento a otro, sino que todos esos síntomas o señales de alerta son importantes para tener en cuenta.

Ser feliz a cualquier precio

"Todos somos un poco responsables de acompañar no solo en un tratamiento sino también de poder dar lugar al malestar y la tristeza propia o del otro, en una sociedad donde no hay mucho lugar para sentirse triste, para mostrar que uno no puede con algo. Vivimos en un mundo que empuja a estar feliz todo el tiempo, no hay mucha alternativa a otra cosa. Estamos bombardeados de slogans que a través de las redes sociales e influencers nos convocan a ser felices todo el tiempo: "sueña, ríe, ama" y la lista es interminable. Son frases armadas que dejan afuera el malestar que todos tenemos, en mayor o menor medida. Todos la pasamos mal en algún momento, pero, en algunas oportunidades, alguien nos cuenta algo triste o un sentimiento porque decidió abrirse y compartirlo y tenemos que estar dispuestos a alojar algo de eso. Hoy no hay mucho espacio para manifestar y en ese punto somos responsables como sociedad de poder empezar a hablar un poco más de esto y hacerle lugar al malestar", recordó Menna.

¿Dónde acudir? ¿A dónde se puede acudir en busca de ayuda?

Si se está atravesando un cuadro depresivo o se sospecha que puede llegar a serlo, se puede acudir al centro de salud más cercano o al Centro de Salud Mental (Pellegrini 886) donde podrán solicitar un turno para una evaluación y serán recibidos por un equipo de psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y acompañantes terapéuticos, para poder abordar la particularidad de cada cuadro.

En casos más severos que pongan en riesgo la vida de la persona o de otros, contamos con la Guardia activa de Salud Mental que funciona en Emergencias del Hospital Municipal Ramón Santamarina todos los días, las 24 horas; también se pueden solicitar ayuda a través del 107 (SAME).